martes, 16 de octubre de 2012

Vías de Acceso: Ciencia, Arte, Política, Religión

"Yo únicamente transmito; no puedo crear cosas nuevas. Creo en los antiguos, y por lo tanto, los amo"   

Confucio.

Las bases de la comprensión, el entendimiento y la sabiduría descansan en estos cuatro sustantivos que dan título a esta entrada.

Después de 4 meses alejado de mi blog y con una enorme gana de regresar al hermoso virtuosismo de la escritura, que ha costado mucho y desarrollarlo, más, he regresado con conocimiento importante del mundo del "Cognos", de la esfera del conocimiento antiguo, de la filosofía.

Somos discípulos de la vida y ella nos enfrenta a momentos cruentos, bellos, horrorosos; las palabras  no llegan a decir lo que la vida misma nos quiere enseñar y el filósofo debe llenar esos espacios con vocablos y con posturas intelectuales con el fin de categrizar el conocimiento y asi, expandir la hermosa semilla del pensamiento propio, producto de una rumiasión personal y de una madurez mental.

Leyendo a estos clásicos, encuentro que el conocimiento se transmite por medio de símbolos. Como semiólogo, percibo que nuestro mundo es un caldo de significantes a los que les debemos un significado que será marcado por el lenguaje articulado del hablante. Tómese en cuenta que el mundo del símbolo es realmente inabarcable porque cada cultura y cada ser humano se debe a un grupo de símbolos muy peculiares, los de su cultura de nacimiento.  

Al embarcarme en la lectura filosófica, lo hice en el bote de los estoicos, los epicureos y la "pansofía" término que ahora le atribuyo al maestro Phileas del Montesexto ( http://www.upasika.net/index.html ) y que significa "todo el conocimiento". Y mi viaje me llevó a resemantizar algunas palabras entre ellas la de éxito. Se lo define como el resultado feliz de un negocio, actuación o cualquier cosa que implicó un trabajo. En el contexto filosófico, éxito es saber que mediante el esfuerzo constante y la dedicación se obtendrán resultados.

Además comprendí que el ser humano debe estar sostenido por pilares básicos y que a la larga son las vías de acceso a los procesos mentales y a la verdad. Ninguna es mejor que otra, simplemente son vías de acceso.

Primera Vía de Acceso: La Política

También llamada en los tiempo clásicos, filosofía, es la capacidad que tiene todo ser humano para restaurar . En nuestra vida práctica, la política debe ser un medio a través del que las relaciones con "los otros" se vuelven más cordiales. Tener claro el panorama y aclarárcelo a los demás es el aporte que cada uno tiene como responsabilidad.

Segunda Vía de Acceso: La Ciencia

De la teoría a la práctica. Cada vez que se realiza un nuevo descubrimiento o innovación estamos frente a un vórtice, una vía, un acceso. La Ciencia permite al individuo redescubrir las cosas con nuevos ojos, los del explorador, del curioso que llevamos dentro y una vez iniciada la exploración, no sabemos los resultados, nos subimos a un globo de helio y viajamos durante un tiempo, sin rumbo hasta tomar las coordenadas y el timón. Una vez que las herramientas están en acción, nos preparamos para la pasión, la pasión de explorar.

Tercera Vía de Acceso: La Religión

Re-ligar, palabra latina que da origen a religión y que significa "volver a unir". 

En latín, la forma de decir que algo debe reunificarse se expresaba mediante este axioma "Ad dissipata colligenda" que significa "reunir lo disperso" y la Religión, por naturaleza, reintegra.

Como terapia es aconsejable "reunirse" con la naturaleza, no solamente con otros de la misma especie sapiens sapiens sino con aquellos que consideramos ajenos a nuestra realidad humana: los árboles, las montañas, el mar, los bosques y sus respectivos habitantes. Es también a ellos a quienes debemos pedir consejo. Una caminata al aire abierto con el sol en el rostro y el viento de lado aliviará las tensiones y favorecerá el encuentro con la raíz de nuestra vida, la naturaleza.

Cuarta Vía de Acceso: El Arte

El arte, la belleza, la estética, disciplinas difíciles de definir son las que nos han dado parámetros específicos para comprender lo bello como una manifestación de la simetría del cuerpo con respecto a si mismo o a otros objetos. La belleza, que se define como la armonía y perfección que inspira admiración y deleite, es además una terapia porque el estado de regocijo que ella propicia es extático. El arte como contemplación y la contemplación como terapia. Exponerse a la belleza es curarse. Contemplar es Arte.

Que agradable volver a la escritura, que reconfortante tener diferentes vías de acceso.