domingo, 18 de septiembre de 2011

El camino del sapiens sabio


Desde hace un par de semanas estoy investigando una filosofía que llegó hace mucho a mi vida y que por los motivos propios de transitar por esta tierra, entre ellas el descuido, he dejado pasar.

Ahora que me siento a reflexionar y que me alegra contar con la ayuda de varios amigos y amigas que han recorrido más que yo, puedo ingresar al mundo del TAO.

El TAO es una forma de entender el mundo y uno de los requisitos para poder ver desde su arista es estar dispuesto a aprender. Y hoy quisiera escribir lo poco y fundamental que he aprendido y que he digerido.

En la filosofía TAO se toma a la interacción, la forma como llegamos y como nos comportamos con otros, la forma en la que ejercemos influencia los unos sobre los otros reciprocamente,como una alternativa de crecimiento espiritual y ciertas virtudes facilitan la interacción: humildad, sinceridad, espontaneidad, generosidad y desprendimiento.

La humildad es una actitud, una postura que se asume racionalmente. Nadie nace humilde y en la vida posiblemente presumamos de nuestros logros. En la vida podemos llegar a tener mucho y hacérselo saber al mundo mas la actitud del practicante de TAO debe ser prudente, adecuada, medida.

En la vida podemos no reconocer nuestros fracasos y debilidades y pasar por petulantes, vacios de sentido aún cuando la billetera diga que estamos llenos de dinero. Y la actitud del practicante de TAO es asumir sus derrotas y saber que va a ser débil en varias circunstancias y tomarlas como lecciones, como enseñanzas del camino mismo de la vida humana. Nuevamente lo que impera es una decisión, una actitud frente a la vida. Humildad.

Cuando hemos logrado algo podemos hacérselo conocer a los demás actuando con orgullo y soberbia pero si practicamos el TAO se nos impele por protección persona y espiritual a asumir todo con humildad, con bajo perfil.

Nuestra vida debe estar llena de Verdad, que cada poro de nuestro cuerpo sea sincero, que no necesitemos fingir o mentir para que así se conozca de veras nuestro corazón y por antonomasia, nuestras intenciones.

También es necesario asumir una actitud de desapego, un desasimiento de las cosas para que de nosotros fluya la generosidad y el desinterés.

Una vida consagrada al CAMINO, al TAO universal está ceñida por la simplicidad, la creatividad y el espíritu de pacificación. Que en todas las áreas de nuestro interactuar cotidiano lo visible sea la fraternidad y la ayuda.

La psicología cognitiva nos da nuevas luces acerca de algo que para Oriente era ya sabido: el procesamiento de la información parte de a) el contacto (interacción), b) de la información que se intercambia (palabras adecuadas y prudentes) y c) del reconocimiento de la interacción. Para el TAO, el arte de vivir está en combinar la simplicidad, el no juzgar a nadie ni a nada y la creatividad en todas las actividades que hagamos.

El mensaje es simple: aceptar las cosas tal como son, con humildad, sinceridad, espontaneidad, generosidad y desprendimiento y eso se logra al despertar.

Que nuestra misión sea despertar y seguir el camino que nos lleve a nuestro encuentro con el todo.

Que así sea.