sábado, 19 de diciembre de 2009

AVATAR


Cuando estamos en contacto con la madre naturaleza llegamos a comprender muchos mensajes que se nos están transmitiendo y que a simple vista no son tomados en cuenta. Uno de ellos son los mensajes que constantemente nos está trayendo la industria mas grande y millonaria de la actualidad: la meca de Hollywood.

He visto AVATAR y me ha dejado un agradable sabor de boca al saber que la conciencia de nuestra madre Gaya está emergiendo por todas partes. En todo lugar brota como si de una necesidad imperiosa se tratara, un mensaje simple, muy siemple y por eso tan difícil de poner en práctica: cuidar la casa, cuidar la casa, cuidar la casa. Es tan simple pero no ejecutado en la práctica. ¿Por que? por una simple y sencilla razón que se llama codicia. Ese cáncer que se come el alma al solo pensar que con el dinero se puede tener todo, que con el dinero se puede indicar quien tiene el poder.

Mi intención no es resumir la película, veanla y dejense llevar por el mensaje tan conmovedor que trata de transmitir: la supervivencia de todas las especies está en las manos de quienes aman a la madre, al gran OIKOS. No depende solo de los miserables seres humanos, una especie tan denigrante, depredadora y asquerosa que no se da cuenta que es solo una parte y muy pequeña del paisaje.

Siempre la verdad está en otra parte y poco nos damos cuenta que la verdad siempre ha estado, estará y está en el corazón.

Lo que consideramos naturaleza no es aquello que vemos los fines de semana en un parque nacional o en un océano, es la presencia de todo lo que tiene vida, de todo aquello que tiene movimiento, de todo aquello que está conectado. Eso y mas es la naturaleza, un ente con vida propia que se autorregula constantemente y que lo único que pide es que aprendamos a escucharla. Solo un par de oídos atentos al derredor, un par de ojos listos a ver las diferencias y las semejanzas de todo lo que habita en esta tierra y una conciencia de saber que todo, absolutamente todo está conectado.

Demonos cuenta, simples humanos, que somos una parte del paisaje. Solo somos y por suerte por tiempo definido, la especie que está a cargo de lo que le pase a la MADRE. Somos administradores de todo lo que ella nos da, nada mas. No somos dueños de nada, DE NADA, somos simplemente ADMINISTRADORES TEMPORALES. Y lo que hace un buen administrador es hacer crecer lo que la patrona le ha dado. Unos malos administradores, como China o EE.UU que actualmente no logran llegar a un acuerdo para proteger el planeta, son bazofias humanas que no ven mas allá de sus billeteras y no se dan cuenta que actuar de esa manera nos va a traer a millones de personas consecuencias que ni siquiera imaginamos: luchas por el agua, calores insoportables y demas penurias que le son propias a las almas malas, a aquellas que solo velan por sus mesquinos intereses.

Y esa es nuestra obra: ser y hacernos responsables de lo que hacemos con nuestra casa. Lo que le hagamos al planeta nos lo hacemos a nosostros mismos. Si lo escupimos, si arrojamos la basura en lugares inadecuados, si orinamos en las paredes entonces las consecuencias están a la vuelta de la esquina: sufrimiento sin piedad al no tener donde refugiarnos.

POR FAVOR SEAMOS CONCIENTES DE LAS IMBECILIDADES QUE LE ESTAMOS HACIENDO A NUESTRA CASA, A NUESTRA MADRE, A NUESTRA TIERRA.

Que los humanos dejen de ser tan malditos destructores con lo que no les pertenece y respeten esta casa como si fuera la suya es la consigna. A nadie le gustaria que su casa esté llena de humo, de botellas pet vacias o de un vertedero de excremento en su sala.

Que los humanos tomen conciecia que su propia estupidez los puede llevar a su propia destrucción.