viernes, 31 de julio de 2009

Los símbolos del centro


La comprensión del centro generalmente descentra.

Se busca constantemente el equilibrio y la tranquilidad y la forma mas frecuente de hacerlo es esperar algo de otros, si otro me da lo que creo que quiero entonces lo traduzco como tranquilidad. Si otro me dice lo que creo necesito escuchar entonces duermo tranquilo.

Decimos que tenemos la conciencia tranquila cuando han pasado por nosotros las palabras que otros han dicho. Cuando las cuentas están pagadas o cuando el sueldo ha llegado se está tranquilo pero la tranquilidad se encuentra en el centro, por eso generalmente nos descentra.

Hacerse ciertas preguntas y llegar a ciertas conclusiones pone de manifiesto la capacidad de entrar nuevamente allí en la circunferencia. Hace ya un tiempo inescrutable el sabio Hermes Trimegisto dijo: "Dios es un círculo cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna" y la circunferencia generalmente está donde ponemos atención.

¿A qué le ponemos atención? si al cuerpo o a la mente es decisión personal pero la atención adecuada es la que se pone en varios lugares que estén conectados con un hilo conductor: una disciplina, un talento, una relación, las posibilidades son infinitas.

Si vamos por el símbolo del centro, lo que nosotros hemos hecho hasta ahora es producto de las cosas a las que hemos focalizado y las hemos transformado en centro.

Donde está tu corazón, allí está tu tesoro. Donde está tu centro, allí está tu circunferencia.

jueves, 23 de julio de 2009

Las creencias y la modificación de la conducta




La Real Academia de la lengua define a la creencia como "Firme asentimiento y conformidad con algo" y allí empieza un cuestionamiento importante: si algo es firme y conforme entonces es rígido e inflexible. Si algo es inflexible corre un alto riesgo de romperse.


Nuestras creencias están basadas en certezas y cuando se ven cuestionadas tratamos, a como de lugar, de defenderlas y justificarlas. Gracias a las creencias la humanidad ha hecho barbaries en nombre de una doctrina o dogma. Los bizantinos, los cruzados, los seguidores de Atila el Huno y para nuestra historia reciente los nazis, Jim Jones y el Templo del Pueblo o David Koresh y la davinianos. Las creencias han justificado masacres y también han apoyado causas nobles como la entrega de la independencia por parte de China al Tíbet.


Ahora, las creencias son estructuras cognitivas, procesos de aprendizaje social, cultural y en muchos casos genético. Aprendemos genéticamente, a través del ADN, a deprimirnos. Se ha comprobado ya que la depresión clínica tiene un alto índice de heredabilidad.


Aprendemos de nuestro contacto social, de la interacción y del encuentro. Estamos constantemente aprendiendo y a medida que nos damos la oportunidad de abrir nuestra mente, aprendemos también a cambiar nuestros puntos de vista, nuestras creencias.


Por lo tanto, la necesidad de certezas de alguna manera nos regresan a una búsqueda primigenia: la búsqueda del sentido para nuestras vidas.


En la terapia, soy constantemente testigo del anquilosamiento mental causado por creencias caducas y completamente desadaptativas. Una de las mas comunes es la de creer que lo mas importante es el tener o el hacer para SER. Y vaya que culturas enteras lo socapan a través de los medios al decirnos que tener da felicidad, que hacer da felicidad y se olvidan completamente del SER, de esa parte tan indispensable que requiere de mucha introspección y conocimiento.


Al ser, la consecuencia lógica es hacer y tener y nunca a la inversa, no hay que tener para ser ni hacer para ser.


Las cosas en la vida se dan por añadidura cuando SOMOS. Si se que soy capaz de hacer psicoterapia (SER) entonces tengo que estudiar una carrera (HACER) y tengo que proveerme de cosas para ejercitar y ejecutar mi profesión (TENER). Lo contrario sería una estupidez: hacerme de una carrera sin querer hacerla o adquirir cosas para ejecutar algo que no quiero. Y eso sucede y mucho. Cuantas veces me encuentro en mi cosultorio con personas que viven la vida de sus padres, de sus hijos o de sus nietos; cuantas veces veo que lo que domina el vivir es el tener para ser o el hacer para ser. Y nos olvidamos del ocio, del tiempo de reflexión porque consideramos que no estamos haciendo nada, que no estamos produciendo nada, teniendo.


Y la reflexión va hacia el conocimiento interno, hacia el auto-cuestionamiento, hacia la mejor forma de conocerse a si mismo: la autocomparación consigo mismo. Lo mas valioso es hacer una comparación consigo mismo. Esto quiere decir que es inutil compararse con otro ser humano. Lo útil es compararse consigo mismo: hace 5 años yo era así, ahora soy así, ¿que es lo que ha mejorado de y en mi?


Las creencias: grandes limitadoras o grandes potenciadoras. Y siempre la decisión está en nosotros, o sigo creyendo de forma inflexible en lo que creo o por fin cuestiono aquello que ya está petrificado y lo dejo con donaire y traqnuilidad para abrir espacio en el cerebro a nuevas creencias.

sábado, 18 de julio de 2009

El lado oscuro del alma


Generalmente cuando hablamos de oscuridad nos enfrentamos a un hecho que a simple vista puede resultar escalofriante: la incertidumbre.

El no saber que hacer causa una desesperación que roza en lo irracional y es precisamente eso, lo irracional, el lado oscuro, el otro lado.

Se necesita siempre de un punto de vista lóbrego, hostil y abyecto para valorar lo bueno, lo suave y lo claro. Se necesita siempre de ese lado que nos autoevalua todo para poder valorar lo que generalmente no cuestionamos. He allí el poder de la autoobservación y el conocimiento interno.

Es necesario conocerse uno mismo y en lo mas profundo, uno mismo es oscuridad. Somos concebidos en un lugar oscuro. Cuando el padre deposita la semilla en la madre lo hace en un tierno y caluroso espacio oscuro. Pasamos nueve meses en un vientre cálido, agradablemente tibio y está oscuro. Nacemos de un lugar oscuro y entramos en la claridad y cuando morimos regresamos al lado oscuro de la vida. Cuando nos vamos a dormir necesitamos de lo oscuro para conciliar el sueño. !!No se puede dormir en paz con claridad!!

Antes de venir al mundo todo es oscuridad, la vía láctea, la galaxia, las miles de esferas, todo es oscuro y es pura casualidad que el sol nos de la luz que ilumina, de lo contrario estaríamos siempre bajo la mas espesa oscuridad.

Y ese es el lado que se debe valorar a lo sumo, ese espacio-tiempo sin tiempo ni espacio que es el otro lado.

La semilla germina en lo oscuro, hacemos la digestión en lo oscuro y desarrollamos las ideas mas bellas en tiempos de oscuridad. He allí el valor gigante que tiene en nuestra vida la visita de Saturno.

Aprender a llevarse bien con la oscuridad es uno de los secretos de la paz interior. Cuando hemos logrado conciliar el sueño en la negrura de la inconsciencia es allí donde nos volvemos mas sabios, mas prudentes, mas pacientes.

viernes, 10 de julio de 2009

La felicidad es un estado de la mente




Que gran frase!!

Mis investigaciones me han llevado nuevamente a la filosofía oriental. Esta vez de la mano de la maestra Kwan Yin he iniciado un proceso de descubrimiento intenso de algo que como psicólogo debería entender y saber que es así: la felicidad es un estado mental.

Si, así es, la felicidad es una decisión. Y la felicidad está en el corazón y no en el cascarón.
Muchas veces buscamos afuera lo que realmente está dentro de cada uno; muchas veces nos focalizamos en lo que nos falta y nos olvidamos de lo que ya tenemos, de aquello con lo que contamos y que está en nuestras manos. Allí empieza la infelicidad. Cuando estamos a tientas buscando como ser felices, ahí se desliza como agua entre los dedos la oportunidad de sonreir.

Las circunstancias de la vida nos pueden amargar hasta lo sumo, nos pueden corroer la esperanza, nos pueden tumbar bajo una enorme capa de pesimismo y si no sabemos afrontarlas, nos llevan con ellas. La razón es simple: permitimos que suceda, decidimos hacerlo.

La maestra Yin reflexiona acerca del corazón que acepta las tempestades de la vida y dice que el corazón entiende con el ejemplo. Y del corazón brota la manera de amar. Según ella, para amar hay que:

1. Amar de forma indiferente a todos los seres vivos.

2. Amar a través de nuestra sonrisa

3. Amar a través de nuestra mirada

4. Amar a través de nuestras palabras

Vaya palabras refrescantes en momentos aciagos.

Los viejos griegos decían que el hablar por hablar , quejarse y molestar a otros, es un simple flatus vocis, una vulgar y vacua emanación de aire sin sentido. Mas cuando uno se hace responsable de lo que dice y como lo dice el hecho de hablar se transforma en lo que yo he denominado significans vocis, un acto con sentido y con impulso de sembrar algo en la mente de los demás.

Que nuestra felicidad esté en nuestras manos y no en el flatus vocis de la queja.

La decisión siempre es personal. La felicidad es un estado mental.