viernes, 10 de julio de 2009

La felicidad es un estado de la mente




Que gran frase!!

Mis investigaciones me han llevado nuevamente a la filosofía oriental. Esta vez de la mano de la maestra Kwan Yin he iniciado un proceso de descubrimiento intenso de algo que como psicólogo debería entender y saber que es así: la felicidad es un estado mental.

Si, así es, la felicidad es una decisión. Y la felicidad está en el corazón y no en el cascarón.
Muchas veces buscamos afuera lo que realmente está dentro de cada uno; muchas veces nos focalizamos en lo que nos falta y nos olvidamos de lo que ya tenemos, de aquello con lo que contamos y que está en nuestras manos. Allí empieza la infelicidad. Cuando estamos a tientas buscando como ser felices, ahí se desliza como agua entre los dedos la oportunidad de sonreir.

Las circunstancias de la vida nos pueden amargar hasta lo sumo, nos pueden corroer la esperanza, nos pueden tumbar bajo una enorme capa de pesimismo y si no sabemos afrontarlas, nos llevan con ellas. La razón es simple: permitimos que suceda, decidimos hacerlo.

La maestra Yin reflexiona acerca del corazón que acepta las tempestades de la vida y dice que el corazón entiende con el ejemplo. Y del corazón brota la manera de amar. Según ella, para amar hay que:

1. Amar de forma indiferente a todos los seres vivos.

2. Amar a través de nuestra sonrisa

3. Amar a través de nuestra mirada

4. Amar a través de nuestras palabras

Vaya palabras refrescantes en momentos aciagos.

Los viejos griegos decían que el hablar por hablar , quejarse y molestar a otros, es un simple flatus vocis, una vulgar y vacua emanación de aire sin sentido. Mas cuando uno se hace responsable de lo que dice y como lo dice el hecho de hablar se transforma en lo que yo he denominado significans vocis, un acto con sentido y con impulso de sembrar algo en la mente de los demás.

Que nuestra felicidad esté en nuestras manos y no en el flatus vocis de la queja.

La decisión siempre es personal. La felicidad es un estado mental.

1 comentario:

  1. En buena hora este texto, la maestra acaba de reprenderme el lunes, me ha mostrado mi lado oscuro de una forma muy violenta, he tenido un mal viaje y ahora apenas vuelvo complentamente, y en verdad lo que me ha hecho retornar es la afirmación de querer vivir y aprender para compartir.
    He salido de un periodo de depresión crítico pero todavía tengo unas batalla conmigo mismo, con mis miedos y mis limitaciones, con aquellas cosas que limitan mi felicidad.

    Es un hermoso texto y felicidad para todos los que se bendicen leyendolo

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