miércoles, 13 de enero de 2010

La voluntad y la representación


Las ideas de la semiótica se vinculan muy estrechamente con las de la filosofía, al fin y al cabo el origen de todo el conocimiento es la filosofía y una de las ramas de la filosofía es la hermenéutica, la ciencia de la interpretación.

En la semiótica se conoce que un signo tiene dos caras, es bifásico. En el lado anverso está el significante o imagen mental o materia de la que está hecho el signo ; y en el reverso está el significado el lado conceptual, el de la explicación. Por lo tanto el significante es la parte visible o perceptible y el significado es la parte interpretativa.

De la misma manera en la filosofía del maestro Schopenhauer hay dos caras para entender lo que sucede en esta realidad. Una que presenta la voluntad y otra que comprende la representación. Por un lado tenemos la enorme energía que existe en todas partes, una energía inconsciente, en términos psicoanalíticos, y por otro la necesidad de canalizar esa voluntad re-presentando la realidad que se ha comprendido. Generalmente la forma en la que se manifiesta la representación es el lenguaje.

Así, la voluntad es a la filosofía de Schopenhauer lo que el significante es a la semiótica y representación el significado.
Tenemos entonces una fusión de la realidad en dos lados: la que llega a los cinco sentidos y la que los rebasa.

Un poco de hermenéutica para este blog.

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