viernes, 22 de mayo de 2009

¿Cómo se examina el corazón?


Los chinos nos han deslumbrado desde hace mucho tiempo con varias de sus manifestaciones culturales: una gran muralla, una gran filosofía y actualmente una gran economía. Se dice inclusive que la futura lengua franca será el mandarín.

Lo que me ha servido para mi desarrollo personal y espiritual es entender su filosofía, tan sencilla en significante pero tremendamente complicada en significado. Cada vez que me enfrento a textos taoistas o aquellos que utilizaban los guerreos para nunca perder el camino de su propósito como los de Zian Tsu me da vértigo la cantidad de información arquetipal que emana de esos textos sagrados.

Ahora quiero reflexionar acerca de la actitud que estos seres tiene frente al corazón.
En términos coloquiales, decimos que el corazón se nos ha roto cuando hemos sufrido una decepción abrumadora o cuando nos hemos enfrentado con los pies descalzos a caminos tortuosos, de esos que toca hollar cuando se ve que en el paisaje no hay salida, que se está en un túnel negro o que se tiene simplemente problemas.

Es exactamente en esos momentos cuando hay que evaluar al corazón.

Hong Yinming dice en su libro "Cultivando las raíces de la sabiduría":



  • En la tranquilidad los pensamientos son claros como el agua

Y se puede ver la verdadera esencia del corazón.



  • En los momentos de ocio, el espíritu no está apresurado
Y se puede ver las verdaderas intenciones del corazón.


  • En una vida sencilla, la actitud es modesta y moderada
Y se puede sentir la verdadera virtud del corazón.


  • Para examinar el corazón nada hay como estas tres cosas.

Fabuloso!!


Cuantas veces no podemos estar tranquilos ni en nuestro propio cuerpo y el sabio chino dice que en la tranquilidad está la esencia, el centro, el meollo, el extracto de nosotros mismos. Los griegos llamaban a esto el "conócete a ti mismo y conocerás el universo" y no se equivocaban; los cristianos decían de esto "en donde está tu corazón, allí está tu tesoro" y también le dieron al clavo. La tranquilidad, o su ausencia, está donde hemos puesto nuestra atención.


Las intenciones, nuestro empeño y voluntad, están claras cuando estamos echados mirando el césped, cuando cortamos nuestras uñas o cuando nos damos una ducha. En esos momentos, en medio del agua caliente o en medio de los grillos y luciérnagas, el espíritu no tiene afán. Esta tan simplemente sosegado y tendido entre el cuerpo y el alma que lo único de lo que puede participar es de nuestras motivaciones.


Y finalmente la actitud frente a la vida. En las cosas tan sencillas como tener un plato de comida caliente o una chompa abrigada para pasar la noche, en esas cosas, allí esta la virtud. La modestia de no exigirle nada a la vida sino solo darle las gracias. La sensatez de saber el momento de retirarse y disfrutarlo por partida doble: me voy a tiempo y me voy saciado.


Que importante es saber aprovechar esos tiempos de ocio, esos momentos tranquilos y esa actitud abierta a la experiencia de autoevaluarse, de conocerse y de saber hasta donde puedo llegar.


Que importante es examinar el corazón.


3 comentarios:

  1. Maravilloso Lobsang!...paz interior, disfrutar del ocio y gozar la vida...Sin embargo, es nuestro ego el que hace q perdamos ese centro...Gracias por todas las veces que me he sentido perdida y me ha regalado pautas maravillosas e infinitas para volver a mí misma...Un gran abrazo de luz...

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  2. cierto no?... examinar el corazon en momentos de ocio... por algo el desahogo y el pensar con cabeza fria... ultimamente me han servido las metaforas de mi viejo y de mi abuelo q en paz descanse... gracias por recordarmelo... saludos y abrazos... prometo en lo q pueda, apoyarte en tu proyecto profesor.

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  3. Si se quiere profundizar el tema se puede ver la siguiente página web:
    http://www.kepher.com/

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