domingo, 30 de agosto de 2009

Magnanimidad templada por la severidad



Yinming describe 9 pares complementarios que el alma debe poseer para llegar al virtuosismo. Hoy la magnanimidad y la severidad serán analizadas.

Se define como magnánimo aquello que se opone a ruín, de allí que lo que está en ruinas es despreciado, dejado atrás o idolatrado solamente por posteriores generaciones de seres que adoran lo pasado como lo único que fue bueno.

Magnánimo decribe y descubre un estado del alma, una razón de ser, un valor. Se llega a ello por medio del aprendizaje de las buenas maneras a las que estamos expuestos por orientación de nuestros padres. Ellos nos enseñan qué es digno de benevolencia, con quiénes tenemos que ser generosos y cómo debemos darnos a los otros. Ellos nos dan las pautas para saber que es lo que vamos a hacer por los demás seres que habitan el planeta: humanos, plantas o animales. De ese primer encuentro, con los padres, surge la magnanimidad y claro, luego puede ser aprendida por otras vías formales como la educación o la religión y en el mejor de los casos, la espiritualidad.

Luego viene la severidad, un estado aprendido en las circunstancias adversas. Cuando algo escasea o es demasiado blando, se requiere de la severidad para cuadrar las cosas. Es necesario el adecuado rigor y la dureza para que algo llegue a término. Disciplina y paciencia.

Si finalmente juntamos las dos, magnanimidad y severidad, tenemos un espíritu templado como el metal con el que se hace las katanas cuyo acero se templa muchas veces pasándolo por fuego y retorciendolo hasta darle la forma debida para un corte limpio y perfecto.

Si, nuestras virtudes se desarrollan en medio de esos dos potentes constructores de la identidad personal: la magnanimidad (lo blando) y la severidad (lo duro). Son tan indispensables en la formación del carácter que su ausencia genera desprecio como una ruina fría y abandonada en algún paraje desconocido.

martes, 25 de agosto de 2009

Las raíces de la sabiduría




A partir de esta entrada voy a trabajar sobre un tema central que se desprende de mis lecturas e investigaciones acerca de la sabiduría. En este contexto particular, la sabiduría antigua de Oriente.

El libro que sirve de base es "Cultivando las raíces de la sabiduría" de Hong Yinming, un texto escrito hace 500 años aproximadamente por un consejero de los emperadores chinos.

Su filosofía está influenciada por el budismo ZEN, el libro de las mutaciones I CHING y la filosofía ética y teológica del CONFUCIONISMO y de esta información se desprende un torrente de energía y sabiduría que tiene un objetivo particular: lateralizar el cerebro de lo izquierdo a lo derecho y hacer entrar al cerebro izquierdo en las áreas de la creatividad, el caos y la imaginación.

Recuerdese que el cerebro izquierdo tiene como objetivo mayor el repetir, ampliar y desarrollar a partir de lo ya conocido una nueva conexión de datos para hacerlos lineales. Su propósito, el de el cerebro izquierdo, es hacer la información lo mas lineal posible para confiar en los resultados que se pueden obtener por esa vía.

Pero el cerebro derecho está en otra cosa. En el predominan las imágenes, el significante, la plasticidad, la simultaneidad, el sueño, la locura, el inconsciente. Allí es donde se teme llegar cuando se han perdido los referentes de la cordura. Allí es donde la genialidad asoma la cabeza y hace su aparición a través de las palabras que nos hacen ver imágenes (las metáforas).

Así, la relación entre los dos cerebros es tan comunal que dar con un libro que los desarrolle a los dos es un encuentro milagroso.

Yinming describe a través de aforismos la práctica de la virtud y reflexiona sobre dos preguntas vitales hace ya 500 años como hasta ahora: ¿Como encontrar serenidad en medio del caos cotidiano provocado por un consumo desbordado? y ¿como lograr paz en medio de la turbulencia?

Y a lo largo del libro se despliega la fuerza descriptiva de una existencia ético-filosófica que puede ser alcanzada por quien se ha propuesto vivir una vida virtuosa.

De esta manera, Yinming llega a lo mas profundo del inconsciente humano al fusionar con perfecto equilibrio el taoísmo, el budismo y el confucianismo en cada párrafo, en cada frase y en cada encuentro con el lado creativo del universo, el lado derecho del cerebro.

lunes, 17 de agosto de 2009

Conciencia y comprensión


Cada vez que se inicia una etapa se recurre con frecuencia al pasado para tener material de donde obtener información y así, una vez con estos datos en mano, se empieza una nueva faena, un trabajo que podría tomar la vida entera, una toma de conciencia.

Y para iniciar cualquier modificación se debe distinguir claramente entre dos conceptos: comprensión y conciencia. La comprensión es esa facultad, capacidad o perspicacia para entender y penetrar las cosas (RAE) es decir que es un acto que se circunscribe a si misma, es algo racional, estereotipado y predecible. Depende enteramente del pasado y de la experiencia previa.

Mas cuando hablamos de conciencia hablamos de un concepto mas amplio que está fuera de la propia estructura del lenguaje; rebasa las fronteras de la palabra y genera una conciencia sin fronteras. La conciencia es la "propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta" y desde la psicología es "el acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo" (RAE)

Puedo compreder porque tengo conciencia pero no es necesario que tenga conciencia para comprender. Casi siempre la comprensión está atada a las palabras. Busco por donde se pueda, o por donde haya, las oraciones que expliquen lo que está pasando para así comprender. Pero cuando tengo conciencia de algo generalmente las palabras sobran. He allí la diferencia.

Si esto se relaciona con la vida mística, la del conocimiento de si mismo, mi reflexión se afinca en la importancia de conocer, comprender y tener conciencia de la SACRA VERBI CUATERNITAS, el mundo cerrado y muerto del lenguaje. El lenguaje como una realidad que se circunscribe a lo racional y que generalmente hace perder el contacto con la experiencia mística al tratar de explicar lo que sucede, al tratar de comprender simplemente y no del acto profundo de tener conciencia.

Lo místico, lo sagrado debe ser entendido como una experiencia producto de la conciencia y tener conciencia facilita la comprensión de la experiencia.

La comprensión está limitada a la misma comprensión mas la conciencia rompe ese muro y lleva a la experiencia a un acto mas profundo y unificador: el acto de tener conciencia.

lunes, 3 de agosto de 2009

El sufrimiento en la vida cotidiana


Las circunstancias de la vida nos proponen retos que a veces son difíciles de asimilar. Lo que tranquiliza el espíritu es saber que estas dificultades están diseñadas precisamente para moldear nuestra capacidad de aguante frente a la vida.

Mano Negra, la banda de música alternativa de los ochenta decía en una canción "Si la vida me da palo, yo lo voy a soportar, si la vida me da palo yo la voy a vacilar" y esa se ha transformado durante estos últimos 3 años en una plegaria para poder salir adelante soportando esta enorme carga que pesa en mis hombros.

A veces desfallezco y quiero dejar todo pero siempre termina ganando esa impronta de guerrero que desde hace 14 años he tenido frente a la vida.

No puedo darme el lujo de volverme loco, que si ha sido una opción que ha rondado por mi cerebro, no puedo dejar de luchar, no puedo dejar de bregar, lo único que puedo dejar de hacer es quejarme.

En estos tiempos la queja vendría a ser mi escapatoria pero no puedo hacerlo aunque quiera. Lo que me queda por hacer es batallar contra ese maldito banco y contra la maldita gente que robó mi dinero. ¿Qué mas puedo hacer?

He intentado meterme en quehaceres que no son los mios, vender mis camisetas, y no he tenido la respuesta que esperaba. He visto como me he ido quedando solo y como muchas personas a las que creía de soporte como mis ex estudiantes y allegados simplemente se fueron.

Me he dado cuenta que en estos momentos aciagos y oscuros solamente vivir el presente es un bálsamo para el alma.

Me he quedado solamente con Carmela, Jonathan, Pía y Omar a quienes quiero agradecer desde lo mas profundo de mi corazón. Quiero decirles gracias por sus palabras, por su energía y principalmente por compartir mi sufrimiento desinteresadamente. Allí están los amigos. Es tan cierto que en situaciones críticas uno puede ver con la transparencia más lúcida quien está con uno. Es tan cierto que en tiempos de crisis se conoce al amigo que muchas veces es mas cercano que el propio hermano.

Y claro que si, gracias al COSMOS por la provisión de pequeñas alegrías tan necesarias para seguir en pie de lucha. Un Cotopaxi deslumbrante, un gato hermoso en la casa, una sesión con la maestra en estas noches de luna y un beso de la familia. Esas son las pequeñas alegrías que me permiten en este momento vivir el sufrimiento de la vida cotidiana.