
Las circunstancias de la vida nos proponen retos que a veces son difíciles de asimilar. Lo que tranquiliza el espíritu es saber que estas dificultades están diseñadas precisamente para moldear nuestra capacidad de aguante frente a la vida.
Mano Negra, la banda de música alternativa de los ochenta decía en una canción "Si la vida me da palo, yo lo voy a soportar, si la vida me da palo yo la voy a vacilar" y esa se ha transformado durante estos últimos 3 años en una plegaria para poder salir adelante soportando esta enorme carga que pesa en mis hombros.
A veces desfallezco y quiero dejar todo pero siempre termina ganando esa impronta de guerrero que desde hace 14 años he tenido frente a la vida.
No puedo darme el lujo de volverme loco, que si ha sido una opción que ha rondado por mi cerebro, no puedo dejar de luchar, no puedo dejar de bregar, lo único que puedo dejar de hacer es quejarme.
En estos tiempos la queja vendría a ser mi escapatoria pero no puedo hacerlo aunque quiera. Lo que me queda por hacer es batallar contra ese maldito banco y contra la maldita gente que robó mi dinero. ¿Qué mas puedo hacer?
He intentado meterme en quehaceres que no son los mios, vender mis camisetas, y no he tenido la respuesta que esperaba. He visto como me he ido quedando solo y como muchas personas a las que creía de soporte como mis ex estudiantes y allegados simplemente se fueron.
Me he dado cuenta que en estos momentos aciagos y oscuros solamente vivir el presente es un bálsamo para el alma.
Me he quedado solamente con Carmela, Jonathan, Pía y Omar a quienes quiero agradecer desde lo mas profundo de mi corazón. Quiero decirles gracias por sus palabras, por su energía y principalmente por compartir mi sufrimiento desinteresadamente. Allí están los amigos. Es tan cierto que en situaciones críticas uno puede ver con la transparencia más lúcida quien está con uno. Es tan cierto que en tiempos de crisis se conoce al amigo que muchas veces es mas cercano que el propio hermano.
Y claro que si, gracias al COSMOS por la provisión de pequeñas alegrías tan necesarias para seguir en pie de lucha. Un Cotopaxi deslumbrante, un gato hermoso en la casa, una sesión con la maestra en estas noches de luna y un beso de la familia. Esas son las pequeñas alegrías que me permiten en este momento vivir el sufrimiento de la vida cotidiana.
Esto lo escribio Rudyar Kipling hace algún tiempo:
ResponderEliminarSi
Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca, las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas,
Si no buscas mas odio, que el odio que te tengan...
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres,
Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofismo del orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre, a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga, de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no quede nada,
porque tu lo deseas y lo quieres, y mandas.
Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera, llegue a hacerte la herida,
Si todos te reclaman y ninguno te precisa.
Si llenas un minuto envidiable y cierto,
de sesenta segundos que te lleven al cielo....
Todo lo de esta tierra, será de tu dominio,
y mucho mas aún,
serás hombre, hijo mío.
Gracias por considerarme tu amigo y mostrarme que para tener buenos amigos uno debe aprender primeramente a ser buen amigo, de honra y provecho