martes, 19 de mayo de 2009

Las posibilidades

En la terapia psicológica, el objetivo no es necesariamente curar al consultante. Se necesita transformar sus creencias, sus puntos de vista errados. Ahora sabemos que la mejor forma de cambiar al paciente es ayudándole a cambiar de creencias.

Si se entiende por cura la restitución de las funciones y procesos denominados normales estaríamos destinando el significado de "cura" a una condición orgánica, fisiológica.

Sin embargo, la mente no solo puede estar perjudicada por un miasma, por un virus o un gen mutado, como es el caso de la esquizofrenia, sino por el ambiente, por las condiciones sociales y por los eventos ocurridos en una relación espacio-tiempo determinado. A esto le damos el nombre de circunstancias.

Si lo vemos así, podemos caer en circunstancias que pueden generar procesos mentales obtusos, deformados o alterados. Entramos en un círculo vicioso donde lo que predomina es el caos y la confusión.

Y nos olvidamos de las alternativas.

A cada situación difícil se le puede atribuir muchas posibilidades de elección si el cerebro ha estado bien entrenado.
Nuestra capacidad cerebral se acerca a lo infinito pudiendo generar, en conexiones, la misma cantidad de estrellas que existen en el firmamento. Allí está una pauta muy valiosa: tenemos al infinito de nuestro lado.

Añadiendole al infinito, también está la atención como un proceso mental superior. ¿A que le pongo atención cuando atravieso por una crisis?
Los asiáticos dicen en su caligrafía que una crisis es una oportunidad o una amenaza. Es decir, una crisis es un momento de elección. Un momento de decisión. Un momento donde barajamos muchas posibilidades. La decisión siempre está en quien la atraviesa.

Si hemos sido bendecidos con el libre albedrío y nuestra especie tiene la capacidad de utilizar el lenguaje articulado para crear alternativas, entonces estamos llenos de oportunidades para entrar en el infinito mundo de las posibilidades y con ellas, la opción de escoger.

Todo lo que nos pasa es producto de las decisiones que tomamos, del lenguaje que utilizamos para expresarnos y de los pensamientos que imprimimos en nuestro interior.

Si queremos enfrentar bien este mundo crítico y a veces caótico y repleto de palabras entonces la solución está en manejar bien el léxico, en hacer silencio cuando se debe y en expresar la verdad cuando se tiene que decir en vocablos que se ha tomado una decisión y que se estará firme para aceptar las consecuencias que nuestras palabras han invocado.

Por eso tenemos que estar atentos a las posibilidades que el lenguaje nos abre y que las decisiones nos deparan.

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