domingo, 31 de mayo de 2009

¿Es el conocimiento un instrumento de sanación?

Al hacer una introspección y entender que la mayor parte de las enfermedades provienen de los excesos debidos a la ignorancia o la indiferencia se puede tener claro que lo que predomina en la mente de los seres humanos es la intemperancia y la irritabilidad.
En este ensayo pretendo explicar esta hipótesis a partir de mi especialidad, la psicología clínica. Para esto, he dividido el texto en 4 secciones: el origen del conocimiento, la causa de la enfermedad, el lenguaje y finalmente la ciencia y la utilidad del conocimiento.
Mis fuentes bibliográficas son: El Recto Pensamiento y La ciencia de la Mente de Manly Hall y el I ching (libro oracular antiguo de los chinos)

I. El origen del conocimiento

Se justifica la necesidad del conocimiento primeramente para no cometer errores y luego para superar la actitud de corregir los errores.
Por esto el conocimiento sirve para la totalización. Supone evaluar, modificar y aglutinar instrumentos pasados y presentes para llegar a un fin. Mientras que la práctica supone la trascendencia o la negación de lo que se ha dado en el presente con vistas a un estado futuro.
Además la mente humana conoce el mundo externo a través de tres canales: la experiencia, la experimentación, y la observación y un canal del mundo interno, la inspiración.
Las religiones han utilizado la experiencia para convencer a los fieles de las doxas que sus miembros imponían creer. De esta manera, la religión dice que el ser humano es parte del proceso que ella enseña acercando a los seguidores a conceptos conocidos universalmente como cielo e infierno.
La observación y la experimentación le permiten al observador y al experimentador mantenerse a sí mismo separado del tema de su búsqueda y esto a nivel epistemológico permite al individuo mantenerse separado del tema de su búsqueda.
Finalmente, la experimentación es el más reciente camino mediante el cual el conocimiento se deriva. A través de la experimentación, el experimentador produce el fenómeno a voluntad.
De esta manera, el ser humano puede echar de ver los dos niveles a través de los que conoce y que se conecta con las dos formas de contacto que se tiene con la realidad externa, la del objeto, y la realidad interna, la del sujeto.
En el nivel sensible, los humanos viven en la realidad pragmático-instrumental. La función específica de este nivel es la adaptación al medio y esta adaptación está conectada al desarrollo y a las sucesivas etapas de toma de conciencia.
La necesidad de contar con datos fiables implica la obligación de desarrollar los cinco sentidos. Si se sigue este proceso se llega al sentido común que es un conocimiento confuso y subjetivo. En este nivel el lenguaje solo es la expresión de estados orgánicos (Popper)
En el nivel intelectual la formación de conceptos juicios y raciocinios van más allá del dato sensible. El lenguaje lo puede expresar a través de formas e ideas. En este nivel es fundamental construir estructuras conceptuales, así el sujeto puede determinar de donde procede un concepto y hacerse un modelo representativo del sentido de las cosas.
Si las estructuras conceptuales son significativas para una comunidad entonces se hace posible el intercambio y acrecentamiento del conocimiento.
El conocimiento, al fin y al cabo, se conjuga entre la teoría y la práctica y el puente que permite unir los dos polos es la facultad de juzgar. Así, tenemos un concepto del entendimiento, una regla, más un acto de la facultad de juzgar que es la posibilidad de distinguir si algo cae o no bajo una regla.

I.I Conocimiento y salud mental. La causa de la enfermedad.

En las doctrinas occidentales Platón consideraba que los sentidos no pueden conducirnos nunca a un verdadero saber. Los sentidos solamente son la base para generar una opinión (doxa) mientras que la razón es capaz de suministrar un saber cierto (episteme). De esta manera Platón distingue claramente entre opinión y ciencia.
Así, para la psicología la opinión que el paciente tiene de su propia situación personal es el motivo del desorden cognitivo o emotivo y la terapia, que podría ser la RET (Rational Emotive Terapie) vendría a ser la ciencia que ha descubierto la etiología de la enfermedad mental en los pensamientos hiperbólicos.
De los filósofos de la modernidad, Kant desarrolló el criticismo cuya opinión acerca del conocimiento era que las únicas fuentes para obtenerlo son la experiencia y el conocimiento a la vez, son inseparables. Así, todo conocimiento de la realidad comprende dos factores: uno empírico llamado materia que proviene de las impresiones de los sentidos o por las experiencias de nuestra sensibilidad interior. El otro factor consiste en la forma que puede ser la forma de la intuición sensible que comprende al espacio y al tiempo, así, mediante ellos se ordena la experiencia. La otra forma corresponde al entendimiento y son las categorías en las que ordenamos los conceptos.
De las dos formas que plantea Kant, en la de la intuición sensible estarían las patologías neuróticas asociadas al tiempo (depresión y ansiedad) y al espacio (fobias), mientras que en las del entendimiento estarían las psicosis. Las dos formas también presentan su lado benigno; en las de intuición, la relajación y el pensamiento creativo entrenado por la voluntad y la atención y en las de entendimiento, las experiencias transpersonales que pueden ser explicadas gracias al lenguaje. Recordemos que lo que nos aleja de la soledad y el caos es la capacidad que tenemos los humanos para transmitir nuestros pensamientos traducidos en palabras.
En las doctrinas orientales los egipcios sostenían este antiguo adagio: “el conocimiento es el principal medicamento”. El ser humano racional domina la mayoría de los dolores que hereda de su condición orgánica y puede como no, libre albedrío, tomar la decisión de conocer sus actividades mentales. Dichas actividades tienen la facultad de hacerse visibles a través de la enfermedad; hoy por hoy se sabe que más del 50% de las enfermedades tienen origen psicosomático.
Los seres humanos tienen ritmos de pensamiento. En la teoría psicológica de la terapia cognitiva se habla de pensamientos distorsionados cuya característica predominante es la exageración de la realidad externa. Esta terapia tomó una de las frases más famosas del filósofo estoico Epicteto que reza: “no es el acontecimiento lo que nos descompone sino la interpretación que hacemos de dicho acontecimiento” así, bien quedaría claro que el origen de la enfermedad es necesariamente psicosomático.
Para los budistas el origen del sufrimiento está en el deseo y por si mismo el deseo es una operación mental, un producto del conocimiento y en todos los casos un resultado de las operaciones mentales. Diógenes también decía que los dioses son dioses porque no necesitaban nada mientras que los humanos son humanos porque siempre les hace falta algo.
Cabría preguntarse si los seres humanos estamos en la capacidad de dejar de sufrir si aprendemos a pensar adecuadamente, con temperancia.

II. El lenguaje

En el lenguaje de los filósofos griegos Platón y Pitágoras “Es mi hermano aquel cuyo intelecto está al mismo nivel que el mío; es mi padre aquel cuyo intelecto está en un nivel superior al mío; y es mi hijo aquel cuyo intelecto está en un nivel inferior al mío. Solamente es enemigo mío quien intenta destruir el poder de mi pensamiento y es un extraño con quien no tengo nada en común intelectualmente”
De esta frase se desprender que debemos tomar precauciones de con quien establecemos contactos, con quien nos relacionamos. Todos estos contactos se originan en las palabras que utilizamos para el acercamiento y a partir de ellas estará nuestra visión plagada de juicios de valor o de criterios de verdad.
El lenguaje es una necesidad fundamental de los humanos y debido a ello todos sin excepción necesitamos establecer convenciones, límites, bordes que permitan ver hasta donde se puede llegar y desde donde se puede empezar. Solamente con el lenguaje se abre la posibilidad de clasificar el mundo, de ponerle fronteras.
Para los empiriocriticos el lenguaje sirve para clasificar los hechos y a través de el se busca elaborar definiciones ostensivas pues el lenguaje establece convenciones. Así G.E Moore fundamentará la oposición con la que el análisis del lenguaje ordinario contribuyó a la fundamentación del positivismo: idealismo/sentido común.
Para Moore el idealismo carece de sentido porque crean sin sentidos lingüísticos que atentan contra el sentido común. Debe entenderse que el sentido común exige una prueba necesaria del mundo exterior. Solamente cuando se conoce el significado técnico de los términos a través de un saber, se puede conocer el sentido técnico de dichos términos. Para llegar a esto Moore plantea analizar el problema, contrastar las respuestas y aceptar o rechazar las respuestas.
Además, cuando se comprende que el lenguaje no dice el hecho sino que el hecho se muestra en el lenguaje entonces se percibe el isomorfismo entre lenguaje y realidad. En la enfermedad mental grave como la psicosis se producen sinsentidos debido a que se ha llevado a cabo una violación de las reglas del lenguaje. Una sintaxis ha sido deconstruída y requiere de una destrucción, al mas puro estilo Heiddegeriano, para llevar a cabo una regeneración. Por esto es por lo que el psicótico construye su propia realidad en eidekers (imágenes mentales) que precisan ser traducidas al lenguaje humano. Cuando se puede traducir este idioma, el de las imágenes, de una manera coherente, a través del adecuado proceso fálico freudiano (complejo de Edipo) entonces el individuo pasa de lo real a lo simbólico. Mas cuando el lenguaje no ha quedado incrustado en el significante del Nombre del Padre entonces la psicosis se presenta como un sustituto al lenguaje convencional e inventa una ideación y construye su propio mundo.

III. El conocimiento

Cómo podemos saber si un conocimiento es o no verdadero. Pregunta que ha llevado a los filósofos de todos los tiempos a inquirir a través del lenguaje si realmente el ser humano puede o no llegar a conocer.
El conocimiento es una capacidad humana que carece de valor si permanece estático y genera más conocimiento mediante el uso de la capacidad de razonamiento o inferencia. Tiene estructura y es elaborado, esto implica la existencia de redes de relaciones semánticas entre entidades abstractas o materiales (la relación S – O). Además el conocimiento es siempre esclavo de un contexto, se ajusta a la sistematicidad, constitución de conceptos, y a un interés histórico, la renovación de los conceptos.
El conocimiento se asemeja a un círculo ya que las percepciones son rectificadas por los conceptos y los conceptos son legitimados por la experiencia sensible. Así se podría afirmar que el sistema se impone en la práctica y en el mismo sistema se produce una paradoja: mientras algunos sistemas son válidos otros son superados.
La posmodernidad consideraría al conocimiento como la capacidad para convertir datos e información en acciones efectivas. Un pragmatismo que ha degenerado en consumismo y un alejamiento del arte de meditar, de la capacidad para admirarse. Siempre los filósofos orientales habían considerado como una característica básica de las almas elevadas la capacidad de aprender de la naturaleza. La observación, como una forma de conocer, es nuevamente la herramienta que lleva al origen, al principio.
Conócete (y obsérvate) a ti mismo y conocerás el universo. Si me conozco estoy en la capacidad de sanarme y me sano cuando me conozco.

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