lunes, 11 de enero de 2010

La filosofía de la vida feliz


Es tan importante tener referentes filosóficos y tan vital poner en práctica lo que los grandes del pensamiento han dicho y hecho con su vida y obra.

En mi caso es tan importante tener al señor Schopenhauer en mi vida que diría que en este momento de mi estar entre los humanos depende completamente de la adecuada interpretación que le doy a sus varios escritos.

Sus varios libros y miles de palabras son un bálsamo para las almas que precisan de un comentario certero, de unas palabras concretas y de una predisposición a romper los esquemas tradicionales de vivir sin pensar. Ese es el maestro Schopenhauer quien dice una verdad tan brutal como verdadera: "el humano se debate entre el sufrimiento y el aburrimiento"

En uno de sus libros, la eudemonología, el maestro da varias pautas para entender lo que podemos considerar como azar. Su reflexión destila la sabiduría de Plauto, el comediógrafo del siglo II a.C quien plantea que "en la vida es como en el juego de dados: si una tirada no cae como la necesitas, el arte debe corregir lo que el azar ofrece" Y deja su reflexión.

La vida plantea retos y siempre estos retos son parte de un proceso de instrucción. Muchas veces vienen circunstancias que ponen a prueba varios de nuestros valores. Si la paciencia, si la honestidad, si el servicio. Cada prueba de la vida pone en evidencia una carencia, una falta de información y es nuestra responsabilidad buscar o encontrar las respuestas y responder a las preguntas que la misma vida nos formula: ¿eres capaz de manejar esto? ¿estás dispuesto a abandonar ciertas cosas para obtener algo mejor?

Y la filosofía de la vida claramente lo pone sobre el tapete, solo se nos da lo que podemos manejar. Solo se nos asigna lo que podemos administrar y no podría ser de otra manera. El Cosmos no nos haría perder energía, que es la suya, asignándonos responsabilidades que al no cumplirlas degenerarían en desequilibrio.

Solo se nos da lo que podemos manejar y cuando el azar quiere burlarse de nosotros lo que puede neutralizar el efecto devastador es la creatividad. Es la capacidad de arreglarnos con lo que tenemos en las manos y salir adelante sin que el horroroso hado nos revuelque en su salvaje energía.

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