sábado, 18 de julio de 2009

El lado oscuro del alma


Generalmente cuando hablamos de oscuridad nos enfrentamos a un hecho que a simple vista puede resultar escalofriante: la incertidumbre.

El no saber que hacer causa una desesperación que roza en lo irracional y es precisamente eso, lo irracional, el lado oscuro, el otro lado.

Se necesita siempre de un punto de vista lóbrego, hostil y abyecto para valorar lo bueno, lo suave y lo claro. Se necesita siempre de ese lado que nos autoevalua todo para poder valorar lo que generalmente no cuestionamos. He allí el poder de la autoobservación y el conocimiento interno.

Es necesario conocerse uno mismo y en lo mas profundo, uno mismo es oscuridad. Somos concebidos en un lugar oscuro. Cuando el padre deposita la semilla en la madre lo hace en un tierno y caluroso espacio oscuro. Pasamos nueve meses en un vientre cálido, agradablemente tibio y está oscuro. Nacemos de un lugar oscuro y entramos en la claridad y cuando morimos regresamos al lado oscuro de la vida. Cuando nos vamos a dormir necesitamos de lo oscuro para conciliar el sueño. !!No se puede dormir en paz con claridad!!

Antes de venir al mundo todo es oscuridad, la vía láctea, la galaxia, las miles de esferas, todo es oscuro y es pura casualidad que el sol nos de la luz que ilumina, de lo contrario estaríamos siempre bajo la mas espesa oscuridad.

Y ese es el lado que se debe valorar a lo sumo, ese espacio-tiempo sin tiempo ni espacio que es el otro lado.

La semilla germina en lo oscuro, hacemos la digestión en lo oscuro y desarrollamos las ideas mas bellas en tiempos de oscuridad. He allí el valor gigante que tiene en nuestra vida la visita de Saturno.

Aprender a llevarse bien con la oscuridad es uno de los secretos de la paz interior. Cuando hemos logrado conciliar el sueño en la negrura de la inconsciencia es allí donde nos volvemos mas sabios, mas prudentes, mas pacientes.

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