lunes, 22 de junio de 2009

La música del universo




Cosmos significa totalidad y se relaciona no solamente con el universo de las estrellas y los planetas o las vías lácteas y los agujeros negros sino con todo lo que implica universalidad en el sentido semántico de la palabra: cosmopolita, cosmovisión, cosmonauta.
Y como todo lo que está vivo lleva la música el cosmos también tiene música.

Si nos ponemos a pensar detalladamente el cosmos tiene su música. Imaginemos por unos instantes como sonará la vía láctea, cómo sonará el pasar de una estrella, cómo sonará cuando la tierra gira en rotación o traslación. Que de seguro suena, suena. Y allí está el secreto de la paz interior.

El Kybalión, libro sagrado atribuido a Hermes Trimegisto, dice que como es arriba es abajo. Como es la música del cosmos es la música de los habitantes de la tierra y dentro de ellos nosotros, los humanos. Todo suena. Todo se mueve; entonces si todo se mueve el movimiento crea sonido consigo y si suena está vivo. Y como todo está conectado, esa conexión también produce un ritmo, una entonación, un bit de información.

Para los seres humanos la concepción de la música se remonta a nuestros ancestros que ya habían pasado del nomadismo al sedentarismo y que habían pasado de ser cazadores recolectores a agricultores. La música universal que siempre se había escuchado en esta fase de la evolución y transición es la del tambor, un pedazo hueco de madera recubierto por la piel de algún animal y adornado con plumas o envoltorios que recuerde al percusionista que lo que hace es lo que le gusta a los dioses, bailar. El sonido primal estaba conectado con el sonido del corazón materno, un bit de información ancestral que lleva a todos los integrantes a la hipnosis colectiva en un acto de curación y poder arquetipal.

Así, si todo suena, la música del alma es la música del cosmos, del origen, del alfa y la omega.

Los humanos necesitamos sentir emociones para sobrevivir y una de las formas de sentirlas es la música. Neurológicamente el cerebro la utiliza para que un recuerdo nunca se olvide, es por eso por lo que su poder evocativo es tan intenso; un par de notas a un ritmo acompasado, una clave que se ha atrapado en el metrónomo.

Se le atribuye también a la música el ser un bálsamo para el cerebro, una pequeña lubricación y una entrada a cualquier dimensión imaginable. Si es así, está en las manos de cada cual el tipo de música que tenemos como telón de fondo para la vida. Jazz, blues, bossa, elecrónica, lounge, cualquiera es un justificativo para satisfacerle al cerebro su enorme curiosidad, su inmensa necesidad de cosas nuevas (neofilia le llaman los zoologos) o también su degradación, aquellas notas simples que adormecen la conciencia del escucha y lo dejan en un estado letárgico lleno de abulia e indiferencia siendo solamente un instrumento emocional y dejando a un lado el verdadero concepto de la música: la fiosofía.

Asi que tenemos en nuestras manos siempre la decisión de que música escuchar y con quien nos vamos a juntar. La música es capaz de crear vínculos sociales y allí está la virtud o la desgracia de entender con quien nos unimos o de quien nos separamos.

1 comentario:

  1. Tras la lectura,recuerdo que Schopenhauer considera a la música como la primera de todas las artes y la más acabada, esto debido a que es la única que existe en tiempo mientras que las otras indudablemente necesitan el espacio para su existencia y apreciación.
    Esto le lleva a decir que el oido es el organo de la inteligencia y no la vista tal cual pensamos cotidianamente, su reflexión parte de la observación de que los problemas metales se deben más en las personas que tienen una incapacidad para escuchar y decir que aquellas que no pueden ver, recuerdo el caso de Borges quien a pesar de su lenta ceguera que la llamó un largo ocaso, fue una persona inteligente.
    Lo cierto es que la inteligencia del mundo es sonorá, la inteligencia del cosmos también lo es, y quizá en algunas notas de Bach el genio de las variaciones y el contrapunto este representado de la forma más esplendida el universo.

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